sábado, 31 de mayo de 2014

Solucionando los Problemas de los Pobres

La clase política socialista que ha gobernado a Venezuela desde los años 50, poco a poco se ha olvidado de la retórica del progreso, y ha preferido el lema de “resolver los problemas”, principalmente “el de los pobres”. Obviamente, los pobres tienen el problema de la pobreza. Lo que cuesta creer, basado en la experiencia de los últimos 60 años, y en especial los últimos 14 años, es que los políticos sean las personas más capacitadas para “resolver los problemas”, a no ser los suyos propios. Peor aún, al insistir que su motivación es resolver nuestros problemas, nos ponen en actitud negativa, pues asumen que no tenemos la capacidad de resolver nuestros propios problemas. Nos ponen en dependencia total de ellos, de manera que abdiquemos nuestro poder personal y en el proceso les demos nuestro dinero, nuestra parte de PDVSA, y de hecho nuestro futuro, para que ellos dispongan como les parezca. 

Afortunadamente hay unos pocos que nos quieren hacer ver que hay una mejor forma de vivir a la que podemos aspirar. Esto de por sí es una forma de pensar mucho más positiva. ¿Pero es esto suficiente? Si un político en Venezuela dijera que su objetivo es ampliar la clase media y llevar a la mayor cantidad de pobres a esa clase media tendría todo mi apoyo, sin duda ni prejuicio. De hecho estaría dispuesto a trabajar porque tal individuo llegara lo antes posible a la presidencia. Los problemas de los pobres se puede resumir en uno: “La Pobreza”. De manera que ponerse a resolver “los problemas de los pobres”, uno por uno, al final de cuenta no resolverá nada porque no se puede ser pobre sin problemas. La clase política socialista entiende esto, y por eso nos quiere dependientes y dudosos de nuestras capacidades. En lugar de buscar “problemas que resolver”, los políticos se deben dedicar a buscar la manera de crear inversión y atraer fuentes de trabajo productivos que nos saquen del subdesarrollo, y nos lleven a ampliar la clase media.

La clase media, tanto como las necesitadas, se ha dejado seducir por la retórica socialista como manera de absolverse de sus pecados de omisión de no poner de su parte para “resolver el problema de los pobres”. Esperan poder dedicarse a mantener su estatus económico relativamente confortable, sin tener que preocuparse por los cerros que tan distintamente nos rodean. Tal vez la manera más fácil de ayudar a resolver “los problemas de los pobres” sería adoptar uno de ellos y darle suficiente auto-estima y apoyo para que lograra sus propias metas, y enseñarle que no hay sueño inalcanzable para aquellos que creen en su poder personal.

Cuando la clase política socialista dice que quiere “resolver los problemas de los pobres” debe despertar nuestras sospechas, porque la experiencia nos dice que lo que quieren es más poder para enriquecerse, para controlar nuestras vidas y para perpetuarse en el poder. Si en lugar de quejarnos por nuestro infortunio, nos consideramos responsables de nuestra situación, nos daremos cuenta que al votar por ellos, hemos abdicado nuestro poder a su favor. Al abdicar nuestro poder, perdemos nuestra capacidad de resolver nuestros problemas con la esperanza de que el gobierno lo haga por nosotros. Al final de cuentas, ellos no tienen mayor conocimiento de como resolver nuestros problemas que nosotros mismos. Embriagados de poder, se hacen sordos a nuestras exigencias y se dedican solo a proteger sus intereses.


Como venezolanos, deberíamos todos exigir a la clase política socialista, que cambiara de una vez por todas su retórica y se dedicara en promover el crecimiento económico, la empresa privada, y la actividad productiva que no gobierno alguno puede crear. Dejemos que los venezolanos “resuelvan sus problemas” facilitando la creación de empleo productivo y el progreso de la Nación completa.