sábado, 10 de enero de 2015

Techos de Cartón

Recuerdo la vieja canción Techos de Cartón, de Alí Primera cuya estrofa decía “Ud. no lo va creer, pero hay escuelas de perros, y les dan educación, pa’ que no muerdan los diarios, pero el patrón, hace años muchos años, que está mordiendo al obrero. El sufrir del obrero, parece indicar la canción, es la responsabilidad del patrón. Pero ¿Quién va a castigar al Patrón? ¿Quién dará al obrero una vivienda digna, un trabajo decente?¿Quién puede eliminar el sufrimiento del obrero? ¿Quién tiene tal poder? El castigo apropiado sería la expropiación al patrón, para darle ese poder al obrero.

Al crear tal expectativa en la mente del obrero, el socialista tiende su trampa. El nuevo gobierno socialista elimina al patrón apoderándose de toda industria, productiva o no, de todas las tierras, productivas  o no, y de todos los centros de distribución de alimentos, productivos o no. No más patrón, excepto por uno, el gobierno socialista que trabaja por el obrero. Ahora basta pedir un techo mejor que el de cartón, un trabajo digno, suficientes alimentos y medicinas para una buena salud. El gobierno se encarga de todo. Tal y como en el Feudalismo, el gobierno se encarga de darte de comer, de darte empleo, salud y vivienda. A cambio, le das tu trabajo, dedicación y obediencia.

El problema básico del plan es que para crear una empresa, finca o negocio se requiere tiempo, experiencia y dedicación. Todo negocio productivo debe estar en crecimiento para sobrevivir y continuar produciendo bienes y servicios. Si no es rentable, tiende a desaparecer. Pero los negocios expropiados no quedan en las manos de los administradores que los han hecho exitosos. No, estos pasan a ser administrados por los partidarios más fieles del nuevo patrón, el gobierno. Los nuevos administradores, creyéndose ahora en control de un negocio productivo, se creen con el derecho de tener un estilo de vida como el patrón de ayer. Por otro lado los empleados ven no recompensa en la excelencia o el esfuerzo, volviendo patrón de trabajo al mínimo común denominador: el que se esfuerza menos, gana los mismo. La corrupción y la pérdida de la meritocracia acaba entonces con las empresas otrora productivas. Poco a poco, el gobierno socialista se ve obligado a importar todo lo que ya no se produce. El resultado es inflación, escasez y mercados negros.

El patrón es hoy solo uno. El patrón controla tu empleo, tu comida, tus medicinas y tu vivienda. Antes, tú podías escoger tu patrón, si el primero no te gustaba. Este no controlaba tu vivienda, o tus alimentos, o tus medicinas. Ya no puedes escoger tu patrón pues en toda la Nación socialista existe solo uno, que se va de viaje a Rusia, China a Irán cuando el panorama se le pone gris. La inflación ha llevado a Venezuela a ser el país con más miseria en el mundo. Esa es nuestra responsabilidad, porque le dimos a la clase política socialista el monopolio total sobre nuestras vidas. Nos quedamos con el patrón feudal.


Pero nosotros que le dimos el control al gobierno tenemos el derecho de elegir, aunque hasta esto nos han querido quitar. Controlan todos los poderes de la Nación, inclusive el electoral. Hasta la oposición es socialista y hecha a la medida del régimen. Nos queda solo el derecho a la protesta y a la rebelión civil. Basta ver si aprendimos la lección de Alí Primera, pues ese patrón que hoy está mordiendo al obrero, es el gobierno socialista.