Supongamos que naciste en una familia trabajadora.
Tu papá se levantaba temprano y volvía tarde, tu mamá se encargaba de que la
casa funcionara adecuadamente y que siempre llegaras a tiempo a tu colegio o
liceo. Al llegar a los 18 años, decidiste seguir una carrera para no tener que
trabajar tan duro como tu papá, pero por lo menos mantener el mismo nivel de
vida: tres comidas diarias, un vehículo para ir a tiempo al trabajo, y poder ir
a la playa uno que otro fin de semana. Esta es la aspiración de la clase media.
Entonces ¿Qué fue lo que hiciste mal?
Siempre votaste como buen ciudadano, por el partido
que prometía resolver el problema de la pobreza y así llevar a Venezuela al
progreso. En los años 70, se nacionalizó la industria petrolera, es decir,
ahora el gobierno sí iba a tener los recursos para acabar con la pobreza. Te
sentiste libre de conciencia por la impotencia de ver tanta pobreza en el país,
y no poder hacer mucho al respecto. No habrán más niños en la calle gritándote:
“señor, se lo cuido?”. Finalmente te podrás dedicar a obtener tu deseado nivel
de vida, sin tener que pensar mucho en lo evidente: el cinturón de ranchos en
los cerros de Caracas. Gracias a Dios, en Venezuela hay conciencia social, y el
gobierno se encargará de que todos vivamos por igual.
Tan solo años después de la nacionalización,
empezamos a hablar de dos cánceres que contaminan nuestra visión idílica de lo
que el gobierno socialista se supone de iba a hacer para aliviar tu conciencia:
Corrupción e Inflación. La gente que elegiste, aún contra tu noción de lo que
debe ser buen administrador, y/o a pesar de tu antipatía por el marxismo, se
dedican a estafarnos a todos para tener un nivel de vida que tu nunca podrás
obtener con el trabajo duro, como el de tu viejo en aquellos años. ¿Cómo es
posible? La clase media abandonó el roll que estaba llamado a tomar en la nueva
sociedad, y se la entregó a los políticos, traficantes de promesas, seductores
de esperanzas. Te creíste que la política y la carrera militar no eran para la
clase media, que para ti lo importante es tu profesión, tu estilo de vida,
nunca tu Patria, nunca el progreso, nunca el bien común. Por otro lado, los más
humildes van de mal en peor, la inflación les afecta más a ellos que a ti,
aunque ves que el nivel de vida que tenía tu papá se te va ya del alcance de
tus manos. Tal vez trabajas hoy más duro que nunca, o peor aún, perdiste tu
trabajo, estás desempleado, y no hay donde encontrar trabajo. ¿Cómo es posible?
Los humildes te acusan de “sifrino” y “burgués”, que lo único que te interesa
es el dinero y tu nivel de vida. De repente tienes un gobierno que te acusa de
ser el problema, mientras que el liderazgo oficialista se enriquece y disfruta
de privilegios que nunca soñabas ni pretendías alcanzar. De repente eres
acusado por los problemas de una sociedad que ayudaste a formar, dándole todo
el poder que viene con la riqueza del petróleo a una banda de aprovechadores
que hoy te culpan a ti por los problemas de la sociedad.
La verdad es que te olvidaste de tu responsabilidad
como ciudadano de vigilar al gobierno, porque el Estado es de todos, y el
gobierno es un grupo de individuos que te deben representar y no “gobernarte”.
Su roll es defender las leyes y las reglas del juego con la que tú estés de
acuerdo, y no imponerte una serie de leyes que te parecen antipáticas y que
simplemente te llevan al socialismo totalitario Stalisnista y Maoista. Todo
esto con el dinero que te corresponde a ti, y a todo ciudadano sin distingo de
clase social.
¿No te parece que ya es hora de que tomemos el
control de nuestro país de las garras de la clase política socialista e
impongamos nuestra voluntad y no la de ellos? Es hora de implementar el Plan
PDVSA para todos, y sacar al gobierno de la ecuación. Nos corresponde a cada
individuo, responsablemente, usar el dinero que nos corresponde como accionistas
de PDVSA, para incrementar la actividad económica de nuestro país, en lugar de
que la clase política socialista lo usen para empeñar la producción petrolera a
futuro y dejarnos con la cuenta a ser pagada con inflación. En lugar de dejar
que los corruptos saquen el dinero del país y que nunca se transforme en
actividad económica donde nos beneficiemos todos.
Esta debe ser la responsabilidad de todo individuo,
sea de clase media o humilde. Porque todos navegamos en el mismo barco que hoy
está a la deriva. Es necesario que ganemos el control del timón, y hagamos las
cosas como deben ser. Debemos imponer al gobierno las pautas de una buena administración,
y no dejar que el gobierno nos haga responsable de sus errores, al imponernos
leyes en la que no estamos de acuerdo.
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